6. Los problemas de la explotación comercial y el copyfarleft

Una de las mayores dudas que tienen los creadores de obras a la hora de usar una licencia Creative Commons tiene que ver con la explotación económica de la obra: ¿qué pasa si permito a otros los usos comerciales de manera libre? En tal caso: ¿podría una corporación como [poner aquí el nombre de la corporación que resulte más desagradable] utilizar mi obra para ganar dinero? O peor aún, esa corporación, con una licencia completamente libre (no copyleft), tendría el derecho de hacer una obra derivada y cerrarla poniéndole copyright. Ante esa duda, surge una inhibición muy fuerte para el uso de una licencia libre.

¿Pero qué tal si quisiera que otro tipo de entidad, como una organización social, una cooperativa o una empresa comunitaria, sí puedan beneficiarse económicamente del uso de mi obra? Por ejemplo, que pudieran vender una camiseta con un diseño mío sin deberme nada a cambio, y sin pedirme un incómodo permiso. Una licencia que no fuera libre, no les daría esa posibilidad.

Ante ese problema, un grupo de activistas desarrolló la licencia de producción de pares, que deriva de la licencia CC BY-SA (Creative Commons Atribución – Compartir obras derivadas igual). A las condiciones de atribuir la obra a su autor y distribuir las obras derivadas de la misma manera (es decir, permitiendo las mismas libertades), la licencia de producción de pares agrega la condición de que la explotación comercial solamente puedan realizarla entidades no capitalistas, otorgando ese derecho a: “cooperativas, organizaciones y colectivos sin fines de lucro, organizaciones de trabajadores autogestionados, y donde no existan relaciones de explotación” (se puede ver la licencia en su versión “legible por humanas” aquí).

Por ejemplo, el libro “El Manifiesto Telecomunista” de Dmytri Kleiner (el impulsor de esta licencia), que tiene una licencia de producción de pares, permite que personas, cooperativas u organizaciones sin fines de lucro lo reediten y vendan copias, pero no permite que lo haga una empresa que saca plusvalía de sus trabajadores.

Los objetivos del uso de una licencia de producción de pares son dos:

  • Generar recursos culturales comunes que se comparten entre los usuarios y los pares productores de cultura, y que sirven de insumo para su trabajo.
  • Excluir del uso libre de los recursos culturales comunes a las empresas que utilizan las obras culturales para sostener relaciones de explotación. A estas empresas se les exigiría un pago, el cual ayudaría a sostener la creación de más recursos culturales comunes en beneficio de los usuarios y los pares.

Dmytri Kleiner define a este mecanismo como “copyfarleft”, es decir, un paso más allá del copyleft. No obstante, la licencia de producción de pares plantea el inconveniente de que es incompatible con la licencia copyleft, dado que ambas licencias exigen que las obras derivadas se compartan bajo una licencia igual. Por esta razón, se genera un nuevo corpus de bienes comunes culturales separado del anterior, que no se pueden remezclar entre sí. Es por esto que algunos opinan que no es aconsejable alejarse del estándar del copyleft, que ya es ampliamente reconocido por la comunidad.