1. Introducción

La cabeza de una mujer se superpone con el cuerpo de un pájaro, los ojos de ambos coinciden.

Remix de la ilustración «Cultura libre», por Nomono, disponible bajo una licencia CC BY-NC en Flickr.

Para construir una cultura más libre, es preciso definir qué entendemos por cultura libre. Sin una definición más o menos precisa, más o menos compartida, podríamos llegar a conclusiones muy diferentes sobre las herramientas, estrategias y objetivos de una cultura libre.

El término cultura libre se popularizó en 2004 tras la publicación del libro de Lawrence Lessig “Free Culture”. Esta obra se inscribe en una corriente de pensamiento que surge inicialmente en el ámbito del software con el liderazgo de Richard Stallman, quien desarrolló las ideas de software libre y de copyleft. Más tarde, estas ideas se trasladan a otros campos de la cultura, como la música, la literatura, la fotografía, las obras audiovisuales, etc.

El acceso de grandes capas de la población a dispositivos digitales de copia y almacenamiento de información, y en particular a Internet, fue un factor determinante en la aparición de movimientos que en los últimos 20 años han estado asociados o se identifican con la lucha por una cultura libre. La facilidad técnica para el acceso y la reutilización de la cultura, en contraposición con las barreras legales cada vez mayores promovidas por algunas industrias y adoptadas por los estados, pusieron en evidencia una contradicción que estimuló la crítica y el activismo. Así, surgieron colectivos de científicos y académicos (movimiento por el acceso abierto y la ciencia abierta), educadores (movimiento de recursos educativos abiertos y prácticas educativas abiertas), diseñadores y artistas, organizaciones internacionales como Creative Commons y Wikimedia, grupos de usuarios de Internet e incluso movimientos de nuevo tipo como los colectivos hacktivistas y mediactivistas.

A lo largo del tiempo han existido diferencias entre los distintos movimientos en cuanto a qué se quiere decir con “libre” cuando se habla de cultura libre. Uno de los esfuerzos más interesantes por unificar criterios en este sentido se dio en 2006 con la redacción de la “Definición de trabajos culturales libres”, en la que participaron miembros de las organizaciones más importantes en esta área, como la Free Software Foundation y Creative Commons. Según esta definición, “libre” significa:

  • la libertad de usar el trabajo y disfrutar de los beneficios de su uso
  • la libertad de estudiar el trabajo y aplicar el conocimiento adquirido de él
  • la libertad de hacer y redistribuir copias, totales o parciales, de la información o expresión
  • la libertad de hacer cambios y mejoras, y distribuir los trabajos derivados

Veremos a continuación cómo estas libertades se relacionan con el derecho humano a participar en la vida cultural y cómo significan un importante cuestionamiento a la propiedad intelectual.