2. Brindar acceso abierto a los materiales digitales

cfb17c5f-8afd-4cfb-83ea-7ec33782c8dd

Una reproducción 3D del busto de Nerfetiti del Museo Egipcio de Berlín. Esta reproducción tiene una interesante y polémica historia que se cuenta en el blog A Digitalizar.

Como ya vimos a lo largo del curso, brindar acceso libre y abierto a los materiales digitalizados es la base elemental de los proyectos de digitalización. Esto, que parece bastante obvio, sin embargo no lo es. Pueden existir restricciones importantes para poner a disposición los materiales, dependiendo de quién es el titular de los derechos de autor y de los permisos con los que cuenta la institución para poner a disposición los materiales. Asimismo, existen instituciones que, equivocadamente, creen que la instalación de barreras de acceso puede favorecer un modelo de negocio de venta de obras en dominio público (aquellas cuyo plazo de derecho de autor ha expirado). Se ha argumentando por qué no es deseable ni conveniente restringir el acceso a materiales de dominio público en formato digital. Aquí les dejamos algunos artículos interesantes al respecto:

Volviendo a los materiales bajo derecho de autor, es importante tratar de negociar con los titulares de tales derechos que los materiales sean publicados con licencias libres que habiliten al público a utilizarlos sin restricciones. Además, idealmente, debe ser posible no solo verlos en una web, sino también descargarlos en al menos un formato abierto y estándar. Deben estar disponibles en versiones completas y en buena calidad. Un ejemplo de este tipo de prácticas de acceso abierto es la liberación del archivo de los festejos del Bicententario en Uruguay. Las imágenes que el Estado uruguayo generó entre 2011 y 2014 fueron publicados bajo licencias libres y volcados en Flickr y en Wikimedia Commons, para poder ser accedidos y utilizados por toda la ciudadanía. En este post de Ártica presentamos más ejemplos.

Otra cuestión a tener en cuenta es que, en lo posible, las versiones de los archivos en alta calidad o resolución deberían estar disponibles para el público. Muchas veces necesitaremos generar dos o más versiones de cada material: una de baja calidad para brindar acceso fácil, rápido y cómodo al público; y otra de alta calidad para el acceso por parte de investigadores, o para la reutilización del material con distintos fines. Siempre que sea posible, ambos tipos de objetos digitales deberían estar disponibles al público. Existe un estudio muy interesante sobre cómo, cuando las instituciones culturales ponen a disposición las digitalizaciones en alta calidad, la gente prefiere estas y, consecuentemente, disminuye también la circulación de copias inexactas, degradadas o de baja calidad. De esta manera, la institución cultural puede incidir en la calidad de los contenidos que circulan en la web.

Por supuesto, la puesta a disposición de materiales en alta calidad puede llegar a implicar requerimientos de alojamiento web elevados y, por lo tanto, costos más altos. En los casos en que nuestra institución no pueda afrontar estos costos, existen repositorios sin fines de lucro como Internet Archive y Wikimedia Commons donde se pueden alojar archivos de gran tamaño y ponerlos a disposición del público. Otra estrategia interesante es aprovechar la tecnología P2P (intercambio de archivos entre pares) para compartir los materiales. Esto es lo que hacemos por ejemplo para compartir la pequeña biblioteca de Ártica, que la ofrecemos para descargar al público a través del sistema bittorrent. Si quieren saber más acerca de cómo usar bittorrent para distribuir contenidos culturales a bajo costo, les recomendamos el siguiente artículo: Torrentes de cultura